Viernes 29 de julio, proyección en Geldo de la película Dune

Viernes 29 de julio, proyección en Geldo de la película Dune

El próximo viernes 29 de julio, a las 22.15 horas en la calle del Juego de Geldo, la Asociación Cultural Torre Selda de Geldo ha programado un cine forum con la proyección de la película «Dune», del director Denis Villeneuve.

 

 

Género: Ciencia-ficción. Director: Denis Villeneuve. Reparto: Timothée Chalamet, Oscar Isaac, Josh Brolin, Rebecca Ferguson, Zendaya, Stellan Skarsgård, Dave Bautista, Javier Bardem.

 

 

Sinopsis.

En un lejano futuro, el imperio de la humanidad depende de la especia Melange, una sustancia que solo se encuentra en el planeta Arrakis. La vida de Paul Atreides, el heredero de una familia noble, cambiará para siempre cuando llegue a ese mundo: su destino podría convertirle en el ser más poderoso de la historia, si es que sobrevive a una tupida red de traiciones e intrigas.

 

 

Valoración crítica.

A diferencia de otros directores de prestigio que llegaron a la ciencia-ficción más o menos de rebote, Denis Villeneuve ama profundamente el género. Algo que se nota, y mucho, en Dune, una película que el cineasta canadiense lleva acariciando desde su adolescencia. Lo primero que puede decirse del filme es que es, ante todo, ambicioso. Villeneuve no quiere fascinarnos, sino impactarnos. Un empeño que no llevaría a nada de no ser porque el director conoce bien su materia prima y aplica unas cuantas normas elementales al presentarla. A saber: que sumergirnos en el mundo de la historia, mostrando las dinámicas sociales que moldean este futuro feudal y atan entre sí a los personajes, vale más que un millón de diálogos explicativos.

Cuesta recordar, la verdad, un blockbuster que haya mostrado tanto respeto por su público en los últimos años, aunque ese respeto implique dejar al público en medio de un entorno hostil con unas pocas indicaciones sobre cómo orientarse en él. Gracias a esta decisión, la cinta se las apaña para resultar tan reseca y polvorienta como los paisajes que nos muestra. Y no hablamos solo de los desiertos del planeta Arrakis, convertidos por la cámara en una trama casi abstracta donde las dunas ondulan y se entrelazan entre sí como en una filigrana de sed. Nos referimos también a esa sociedad aristocrática de conspiradores donde la paranoia equivale a la cordura, y donde el contacto humano parece haberse extinguido. Siempre moviéndose entre extremos, Dune juega a hacernos oscilar entre la hipnosis de sus visiones y la taquicardia de sus escenas de acción. Algo que funciona, y que le permite mantenernos pegados a sus imágenes… hasta que estas se acaban. Porque este filme es solo la mitad de una adaptación, y su abrupto final nos obliga a tenerlo muy presente.