Jueves 15 de mayo, exposición de Mar Sáez en Segorbe

Jueves 15 de mayo, exposición de Mar Sáez en Segorbe

El próximo jueves 15 de mayo, a las 19:00 horas, en la Casa Garcerán de Segorbe se inaugurará la exposición «Terza Vita», de la artista Mar Sáez, dentro del ciclo Imaginària 2025, organizado por la Universitat Jaume I de Castelló y que cuenta con la colaboración de la Fundación Bancaja Segorbe y el Ayuntamiento de Segorbe. La exposición se podrá visitar hasta el 21 de junio con el siguiente horario: jueves de 11:00 a 13:00 horas, de viernes a domingo (festivos incluidos) de 12:00 a 13:30 y de 17:30 a 20:30 horas.

Mar Sáez es una artista multidisciplinar que trabaja con fotografía, texto, video y sonido. En 2021 recibió una beca de la Academia de España en Roma para realizar una residencia artística. Es licenciada en Psicología y Comunicación Audiovisual. Amplió sus estudios y se especializó en fotografía contemporánea, teoría y proyectos artísticos. En su trabajo intenta explorar la complejidad de la identidad y la biopolítica, procurando hacer un retrato, desde dentro, de las realidades que le preocupan y analizando los límites del género documental. Sus proyectos se producen en plataformas como instalaciones, libros, documentos web y películas. Ha publicado tres fotolibros y su obra es presente en museos y colecciones privadas en Europa, Asia y los Estados Unidos.

La exposición “Terza Vita” es una narrativa visual que explora el renacimiento del contacto humano en Roma después del periodo de la pandemia. En el marco de una ciudad que va recuperando gradualmente la normalidad, el proyecto documenta las expresiones de una afectividad que reconquista su espacio e inicia un tráfico incierto hacia un futuro que ha sido postergado. Las calles de Roma y las playas de Ostia son espectadores y escenario del retorno de un deseo contenido que reclama de nuevo su lugar. Los jóvenes amantes que vuelven a la playa, ávidos de contacto, dan testimonio con sus cuerpos en la arena de una fragilidad generosa, de una vulnerabilidad que se ofrece en la cámara sin artificios. A través de los contrastes, la ciudad exhibe la plasticidad de sus concreciones. Los monumentos se hacen carne y la carne se hace piedra para entablar un diálogo que revela las afinidades ocultas. El trabajo invita el espectador a conectar sus vivencias con las de los fotografiados y a reflexionar sobre los ecos de un momento que supuso una ruptura en la continuidad de la vida cotidiana. Las imágenes son un compendio de experiencias singulares que se enmarcan en una estructura de incertidumbre y remiten a una experiencia universal que pose de manifiesto la pulsión de la vida y la capacidad de adaptación de la condición humana en tiempo de incertidumbre.